jueves, 19 de noviembre de 2009

La erupción del Vesubio.

Erupción del Vesubio

empezó el 20 de agosto del año 79 d. C., cuando la paz de los campos y las ciudades que rodeaban al Vesubio fue perturbada por violentos y continuos temblores que causaron alarma, pues los habitantes aún recordaban el nefasto terremoto del año 62 d. C., que dejó todas las construcciones por los suelos. En esta época la ciudad aún estaba siendo reconstruida, el sistema de agua no funcionaba al 100%, y la ciudad estaba cayendo en una depresión económica. Pero estos temblores, en una zona siempre sometida a movimientos sísmicos, no causaron demasiado impacto. Por eso, el día 23 todos volvieron a sus vidas normales, y comenzaron a reparar los daños que habían causado estos temblores. Pero la mañana del día 24 fue distinta a las demás: de pronto, un sonido horroroso, como un trueno multiplicado miles de veces, se dejó oír desde lo más alto del Vesubio, que había estado inactivo por más de 1000 años. Se elevaron columnas de fuego, y una lluvia de ceniza volcánica y piedras de todos los tamaños comenzó a caer sobre los habitantes. El cielo se oscureció por la nube de cenizas y polvo, y entre las personas cundía el pánico. Cuando los alrededores comenzaron a inundarse de torrentes de agua hirviente, los pompeyanos comenzaron a correr a sus casas, para intentar huir con sus pertenencias más valiosas. En Herculano cayó una gran ola de barro que hizo que sus habitantes arrancaran casi por instinto, sin siquiera pensar en rescatar algún objeto preciado. En Pompeya las personas perdieron tiempo tratando de salvar sus posesiones, e incluso había personas que tenían la esperanza que la catástrofe no destruyera la ciudad. Así, miles de personas quedaron atrapadas en sus casas, y murieron asfixiadas, o simplemente enterradas vivas.

Un relato escrito real del desastre. Se oía el gemido de las mujeres, el llanto de los niños y los gritos de los hombres. Unos buscaban a sus padres, unos a sus hijos y otros a sus mujeres. Intentaban reconocerse por el sonido de sus voces. Algunos se lamentaban de su suerte, o de la de sus seres queridos; otros pedían la muerte.

Se estima que unas 2000 personas murieron en la ciudad, pero muchos miles más fallecieron tratando de escapar, en los caminos que se dirigían hacia las afueras de la ciudad. Unas cuantas horas después, Herculano y Pompeya desaparecieron, y serían encontradas sólo después de 1600 años.

Las informaciones que tenemos sobre lo ocurrido el 24 de Agosto del 79 d.C. se debe en gran parte a las cartas que Plinio el Joven envió al emperador Trajano donde relataba lo ocurrido pues su tío Plínio el Viejo había estado allí para ocuparse de los asuntos del imperio por entonces bajo la mano de Tito. Se sabe que el volcán empezó a registrar actividad días antes del desastre mediante terremotos de baja intensidad, pero los habitantes estaban bastante acostumbrados a este tipo de actividad sísmica, así que no le dieron demasiada importancia, pero lo que nadie sabía es que durante años un gran depósito de magma se había acumulado bajo el volcán y este sería el detonante de la posterior erupción de tal virulencia que lo que de normal sería un efecto escalonado de las diferentes fases durante días se concentró en uno sólo, la madrugada y las horas posteriores del día 24.

El magma entró en contacto con agua que se filtraba provocando una lluvia de ceniza volcánica, así mismo el magma empezó a ascender unas 4 horas antes de la erupción, la superficie del volcán se fracturó poco después del mediodía ocasionando la explosión, empujando la piedra pómez y los gases a una altura de 28 Km en vertical, se puede decir que la energía térmica liberada era el equivalente a 100.000 veces la de la bomba nuclear de Hiroshima. Con ello nos hacemos una idea de lo escalofriante del hecho y los resultados posteriores. La columna de gases y piedra alcanzó los 33 Km, pero cuando alcanzó la altura máxima se derrumbó, dispersando los gases a través de 20 Km a la redonda y provocando una lluvia de piedra pómez. Se sabe que lo que mató a tantos habitantes no fue la piedra pómez ya que esta aunque se contaban por toneladas no es mortal en sí misma pues tiene poca densidad, pero si los gases que debido a su toxicidad hicieron perder el conocimiento por la falta de oxígeno, no obstante los tejados de algunas casas por el peso se vinieron abajo y los barcos de apoyo para la evacuación quedaron abnegados por la piedra que caía sobre ellos.

En estudios posteriores y por las capas de los estratos se cree que el Vesubio unificó todas las fases más nocivas y mortales de los volcanes, cubriendo por completo las ciudades de Pompeya y Herculano, no muchos lograron escapar de la desgracia subiendo a los barcos atracados en puerto durante las primeras horas del día, el resto a espera de que lo peor ya hubiera ocurrido se protegieron en sus casas, cometiendo el mayor de los errores, pues a medida que pasaba el día el aire se hacía insostenible. Plinio el Viejo murió intentando ayudar a los Pompeyanos atracando una flota de ayuda en el puerto, pero fue imposible, antes de finalizar el día, miles de hombres, mujeres, niños y animales quedaban sepultados y asfixiados. En estas fotografías podemos observar los horribles consecuencias que trajo la erupción del Vesubio: seres humanos tapados por la lava y el estado en el que quedó la ciudad.

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